martes, 25 de diciembre de 2018

Finaliza el Político Año 2018

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Este año 2018 que está a punto de terminar, ha sido sin duda el año más agitado políticamente del periodo democrático iniciado con el gobierno transitorio de Valentín Paniagua. No solo por la sucesión constante de hechos, enfrentamientos, conspiraciones reales e imaginarias, cuestionamientos y conflictos por cuotas de poder; sino principalmente por sus efectos en la reconfiguración del mapa político "nacional" configurado y desarrollado luego de las elecciones generales de 2016. 

Pedro Pablo Kuczynski perdió la presidencia por la acumulación de denuncias y errores políticos cometidos en su breve gestión que terminó sin pena ni gloria en marzo de 2018. Pagó caro el otorgar el indulto al ex dictador Alberto Fujimori en vísperas de la navidad de 2017, indulto que no solo fue ilegal sino políticamente mal calculado y que meses después tiene a los principales protagonistas que lo propiciaron derrotados políticamente y complicados judicialmente: Kuczynski fuera de la presidencia y con impedimento de salida del país, Alberto Fujimori con su indulto anulado y con la orden de volver a su celda dorada en la DIROES que evade alojado en la Clínica Centenario, Kenji Fujimori suspendido del Congreso y con su proyecto político Cambio 21 paralizado para evitar el cuestionamiento público. 

Fuerza Popular viene perdiendo su sólida mayoría legislativa mes a mes, tiene a su lideresa Keiko Fujimori y a varios de sus asesores y operadores principales en prisión preventiva o prófugos de la justicia, tuvo un lamentable desempeño en las elecciones regionales y municipales en comparación con las elecciones de 2014 y actualmente no demuestra capacidad de reposicionarse ante un escenario político adverso y altamente cambiante. Sin su lideresa y con una dirigencia ausente y en conflicto, han perdido en la práctica la capacidad de controlar y cohesionar a sus parlamentarios lo que se demuestra con el público distanciamiento del Presidente del Congreso Daniel Salaverry y con el reservado apoyo que este recibe de varios de sus colegas que aún no quieren renunciar. Sin un plan B, Fuerza Popular se alista a perder en los próximos meses el control del Congreso y ser más vulnerable judicialmente, pero parece que su mediocre dirigencia no entiende esta situación y entusiastamente conduce el barco hacia el abismo. 

Alan García se ha visto más expuesto a las investigaciones fiscales y empieza verse más comprometido por el escándalo de corrupción Lava Jato. Si el 2016 significó el año de su mayor derrota electoral al obtener solo un 5% de los votos y demostrarse que su fama de locomotora electoral tenía más de mito sobredimensionado por su séquito de aduladores que de realidad contrastable; el 2018 significó el año donde su capacidad para colocar temas en agenda, demoler a sus opositores y manipular el escenario político, a pesar de todos sus esfuerzos ha fracasado. Tras su fallido escape al Uruguay debido a la denegación de su pedido de asilo político (rechazo que también recibió de parte de Chile, México, Colombia y Costa Rica), se encuentra hoy aislado y vulnerable lo que lo hace atacar compulsivamente con burdos psicosociales, mientras sectores de la población esperan que las investigaciones sigan y desean que sea llevado a juicio. No sabemos si esto último llegará a pasar, pero García va recibiendo su peor castigo: la destrucción de su mito político y la pérdida de su influencia en el ámbito político, económico, judicial y mediático; en resumen ver como el poder se le escapa lentamente de las manos. 

El Partido Aprista sigue sin recobrar su autonomía, sigue dependiendo de los designios de Alan García que ha demostrado no solo ser una pésima locomotora electoral en el último proceso electoral nacional sino también un pésimo líder más preocupado en sus propios intereses que en los intereses de su colectivo político. Pero este escenario trágico para un partido político de la envergadura del APRA, no tiene como único culpable a García, también tiene como responsables a su argolla de dirigentes más preocupados por los beneficios que obtienen en sus cargos que en fortalecer y democratizar a la organización, y a los militantes del partido que han caído en la resignación, la complacencia o complicidad frente a la decadente situación de su partido. El resultado de la gestión de García al frente del partido lo ha llevado a su mayor crisis y lo acerca cada vez más a su extinción. 

Las izquierdas agrupadas en torno al Frente Amplio que postuló la candidatura de Verónika Mendoza se encuentran divididas y dispersas (situación que no sorprende). Si bien en los últimos meses se han reagrupado en nuevos frentes y consiguen cierta atención mediática coyuntural, no demuestran una real convicción por consolidar un proyecto a largo plazo que les garantice convertirse en un actor político relevante y decisivo, afectando a la sociedad y a la democracia. 

Alianza para el Progreso, luego de ver anulada la candidatura presidencial de César Acuña, ha seguido la ruta de fortalecer a la organización en el plano municipal y regional. En las elecciones regionales y municipales de 2018 ganaron 4 gobiernos regionales y decenas de alcaldías tanto provinciales como distritales luego de postular candidatos en todo el país. A pesar de los escándalos mantienen una bancada de 7 parlamentarios relativamente cohesionada que sirve de eventual apoyo al Presidente de Consejo de Ministros César Villanueva

Acción Popular alejado de los escándalos siempre logra mantener presencia en el parlamento a pesar de contar con una bancada de 5 congresistas, obtuvo un gran éxito en las elecciones de 2018 al ganar la alcaldía Metropolitana de Lima con la candidatura de Jorge Muñoz, 13 alcaldías distritales en Lima, 3 gobiernos regionales y decenas de alcaldías tanto provinciales y distritales. Tiene pendiente resolver sus conflictos internos, renovar su dirigencia y empezar a prepararse para las elecciones generales de 2021. 

Luis Castañeda Lossio, el todavía alcalde de Lima, se despide de su tercera gestión sin pena ni gloria. Con una ciudad aquejada por problemas estructurales que no han sido atendidos por un gobierno municipal sin planes, con malos manejos administrativos, una vocación por realizar obras que no solucionan los problemas, sino los agravan y con una alergia crónica a rendir cuentas. Castañeda ha comprobado que la ciudad de Lima no es la misma que gobernó en sus pasadas gestiones, su desaprobación superior al 70% de la opinión pública es un potente indicador que la ciudadanía no está dispuesta a seguir sufriendo sus "obras". Este año no solo acaba su mandato sino que también significó la derrota electoral de la marca Castañeda a través de la candidatura de su hijo Luis Castañeda Pardo que siguiendo su clásico discurso del obrismo obtuvo el 2.5% de los votos. 

El escándalo Lava Juez revelado por Ideele Reporteros que develaba los pactos, maniobras y negociaciones corruptas de cierto sector de jueces y fiscales con relación al Callao pero que se ramificaba a las altas esferas judiciales, políticas y del extinto CNM, remeció el ambiente político nacional y despertó la indignación de la opinión pública marcando un cambio en la agenda pública. La mayoría de los protagonistas de estos audios se encuentran destituidos, investigados o enjuiciados lo que constituye una buena noticia en la búsqueda de justicia, pero solo responde a una revisión superficial del problema. El problema de la corrupción en el sistema de justicia y su permeabilidad frente al poder político es ampliamente conocido por los abogados, medios de comunicación y clase política, e intuido por la población en general; pero a pesar de esto no se hizo nada en estos años realmente por enfrentarlo y cuando se empiezan a proponer medidas de reforma para atender este postergado problemas, son vistas con desconfianza y hasta son atacadas con extremada fuerza por los mismos actores que callaron durante más de 15 años. 

Martín Vizcarra asumió la presidencia en medio de una crisis política provocada por el enfrentamiento entre el Fujimorismo de Keiko Fujimori y el gobierno de Kuczynski que se saldó con la renuncia de PPK. Entendió que debía en los primeros meses renovar los cargos del ejecutivo, construir su propia agenda de gobierno y posicionarse en la correlación de fuerzas existente; en ese sentido supo no escuchar las posiciones extremistas y tomar su propio rumbo. Luego de revelarse el escándalo conocido como Lava Juez que comprometió al sistema de justicia, el Presidente materializó su agenda anticorrupción durante su mensaje a la Nación en 28 de Julio a través del anuncio de impulsar la reforma de justicia y la reforma política que serían ratificadas mediante un referéndum. De esta forma buscó canalizar el descontento e indignación ciudadana dentro de los márgenes institucionales y posicionar su liderazgo para conducir al país en medio de una grave crisis política y judicial. Estos anuncios rápidamente le produjeron enfrentamientos con las fuerzas políticas aludidas y/o comprometidas en los audios de Lava Juez e interesadas en mantener su poder en un sistema político débil, desconectado y poco institucionalizado. 

Luego de semanas de confrontación y enfrentamientos, el Presidente logró que se aprobara el referéndum en el Parlamento y el 9 de diciembre obtuvo un respaldo indirecto de la población con la aprobación de 3 de las reformas y la negación del retorno a la bicameralidad con votaciones de más de 80% de los votos; posteriormente ha ratificado que seguirá dirigiendo un gobierno de reformas que vayan más allá del plano judicial y político. En resumen Martín Vizcarra ha entendido que dirige un gobierno de transición, en el entendido que tiene el deber de conducir la transición del país para sacarlo de una crisis de su sistema político e institucional hacia un Estado más democrático de cara al Bicentenario de la República, y para lograrlo debe emprender reformas impostergables y controlar la agenda pública, hechos que viene realizando con éxito frente a una oposición aplastada por su mediocridad y escándalos de corrupción. 

Hoy la situación política es diametralmente distinta a lo que podíamos ver en julio de 2016, es cierto que con cada coyuntura se producen cambios y se alteran las correlaciones de fuerzas, pero la multitud de hechos que han acontecido en este año son comparables proporcionalmente con los ocurridos durante un gobierno de 5 años. En ese sentido este año que se acaba nos deja múltiples lecciones: "la fuerza debe ser conducida con sabiduría sino puede terminar acabándonos", "la mediocridad y debilidad nos conducen rápidamente al fracaso", "los vencedores sino miden la dimensión de su triunfo y se desconectan de la realidad pueden terminar siendo vencidos", "la debilidad con paciencia y habilidad puede convertirse en fortaleza", y "la política necesita convicciones, rendición de cuentas y transparencia para no perder su significado de servicio público y vocación por el bien común". Esperamos que los actores políticos entiendan estas lecciones, sino lo hacen están condenados tarde o temprano al fracaso y con ellos fracasa nuestra sociedad y nuestra democracia.

sábado, 21 de julio de 2018

Lima: ¿Cómo Vamos?

También pueden leer el artículo en el siguiente enlace de mi ventana en La Mula.pe: https://cgama.lamula.pe/2018/07/22/lima-como-vamos/christophergambini/


A menos de 3 meses de las elecciones regionales y municipales programadas para el domingo 07 de octubre revisamos las perspectivas de los candidatos que pugnan por ganar la alcaldía Metropolitana de Lima:

Renzo Reggiardo: Mantiene el liderazgo en las encuestas representando a Perú Patria Segura. Ha centrado su campaña en propuestas de mano dura frente a la delincuencia y su experiencia televisiva lo ayuda para lograr ser conocido frente a los electores. Veremos si le alcanza para ganar la alcaldía.

Humberto Lay: En su tercer intento por llegar a la alcaldía de Lima representando a Restauración Nacional. Se apoya en su experiencia como arquitecto y político para mantener a flote su candidatura buscando reflejar una imagen de honestidad y confianza. Veremos si logra mantener el protagonismo en la campaña.

Ricardo Belmont: Pretende volver al municipio a través de Perú Libertario, para lograrlo se apoya en el recuerdo de sus gestiones municipales y su experiencia política. Su mayor reto es conectar con el electorado joven y plantear una propuesta que le dé futuro a Lima.

Luis Castañeda Pardo: Apoyándose en la experiencia de su padre, pero intentando diferenciarse tímidamente de él; representa a Solidaridad Nacional en este intento por concretar un traspaso dinástico del poder municipal. Las encuestas lo tienden a inflar bastante al igual que a Reggiardo en una campaña que todavía no empieza a calentarse.

Daniel Urresti: Afrontando todavía el juicio por asesinato al periodista Bustíos, asumió la candidatura de Podemos Perú, organización de José Luna que es acusada de beneficiarse de un favoritismo por parte de la ONPE. Centra su campaña en presentarse como el comisario que le devolverá la seguridad a Lima. Veremos si el candidato y la organización política son declarados inocentes antes o después de las elecciones de octubre.

Enrique Cornejo: Ha logrado superar su inscripción ante el JNE y participa como candidato de Democracia Directa, luego de no lograr inscribir a tiempo a su movimiento Contigo Ciudadano y concretar un pacto con los “fonavistas”. Pretende repetir la positiva performance electoral que tuvo en el 2014 y aumentar su votación en base a su perfil técnico y propuestas para solucionar el problema del transporte en la ciudad. Veremos si la misma propuesta logra enganchar en un electorado cambiante y en un contexto distinto.

Jorge Muñoz: Representando esta vez a Acción Popular, pretende capitalizar su positiva experiencia como alcalde de Miraflores por Somos Perú y su conocimiento en temas municipales para convertirse en el nuevo alcalde de Lima. Intenta hacer cercana su imagen y ser más conocido por los ciudadanos de toda Lima; aunque tal vez el tiempo no le alcance.

Alberto Beingolea: Ha dejado por el momento la presidencia del Partido Popular Cristiano para asumir la difícil candidatura en Lima. Tiene la ventaja de ser más conocido y tener mayor acceso a medios. Su principal misión: mejorar el resultado que obtuvo su partido en el 2014 y ganar algunas alcaldías distritales.

Esther Capuñay: La única candidata en contienda, representando esta vez a Unión por el Perú. Cuenta con la disponibilidad de recursos que posee y el acceso a sus medios de comunicación, ha desplegado una gran cantidad de paneles y propaganda desde finales del 2017 que hasta el momento no la acercan a los electores.

Diethel Columbus: Con un perfil técnico y experiencia municipal fue elegido candidato de Fuerza Popular por Keiko Fujimori. Mantiene constantes recorridos por los distritos de Lima para darse a conocer ante los vecinos, pero mantiene bajas opciones electorales.

Juan Carlos Zúrek: Pretende dar el salto desde la alcaldía de La Molina a Lima, encabezando a Somos Perú, organización que actualmente dirige. Hasta el momento no logra subir en las encuestas y su experiencia municipal no lo ayuda en este propósito.

Manuel Velarde: Postulando con Siempre Unidos, con propuestas interesantes en cuanto a movilidad sostenible y fomento de espacios públicos, pretende representar un perfil técnico y renovador frente a los electores. Su mayor problema es considerar que su reciente experiencia como alcalde de San Isidro le da la experiencia necesaria para gobernar toda Lima.

Gustavo Guerra García: Representante de Juntos por el Perú, ha logrado aglutinar a la mayoría de organizaciones políticas de izquierda en base a una propuesta que busca completar y realizar las reformas promovidas en la gestión de Susana Villarán, de la cuál formó parte. Su principal reto será convencer que ahora será capaz de implementar eficiente e integralmente la reforma del transporte, reforma que desarrolló e implementó como funcionario municipal y que tuvo que enfrentar problemas, críticas y resistencias.

Enrique Ocrospoma: Ex alcalde de Jesús María y representante de Perú Nación. Busca tomar como bandera la seguridad ciudadana, pero ese tema ya está capitalizado por Reggiardo y Urresti, lo que reduce sus opciones terriblemente.

Julio Gagó: Excongresista fujimorista y representante de Avanza País. Pretende conectar con los pequeños y medianos empresarios para levantar una candidatura que viene trabajando desde hace 2 años.

Jaime Salinas: Convertido sorpresivamente en el candidato de Alianza para el Progreso, luego de adquirir su candidatura, se mantiene alejado por el momento de la atención mediática. Cuenta con la disponibilidad de recursos de APP y esperará su oportunidad para ganar reflectores en base a propuestas sin sustento y ataques a quién lidere las preferencias electorales.

Jorge Villacorta: Carga con los pasivos de representar a Peruanos por el Kambio asociado a la figura del expresidente PPK y con la pérdida de posicionamiento frente al gobierno de Martín Vizcarra, sus posibilidades prácticamente son nulas.

Roberto Gómez: Alcalde de Surco y candidato inesperado de Vamos Perú. Ha lanzado algunas propuestas en seguridad ciudadana pero no logra hacerse más conocido.

Enrique Fernández: Representando al Frente Amplio en su intento por diferenciarse del resto de organizaciones de izquierda, hasta el momento no se sabe si está en campaña.

Pablo Silva Rojas: Candidato del FREPAP, no se conoce que esté realizando campaña.

José Luis Gil Becerra: Mayor en retiro de la PNP, ex integrante del GEIN y candidato de Todos por el Perú. Su candidatura no fue aceptada por el JNE, sin embargo la organización política postula candidatos en varios distritos de Lima.

jueves, 7 de junio de 2018

Reseña del Libro “La Industria de la Conciencia”

El pasado año 2017 el Fondo Editorial del Congreso publicó el libro “La industria de la conciencia: El poder de la sociedad y los medios” escrito por María del Pilar Tello, texto que desarrolla una profunda reflexión sobre la influencia del internet en las nuevas generaciones, el rol de los medios de comunicación y la participación de la ciudadanía en un mundo cada vez más globalizado.

En este contexto, la Internet, red virtual que interconecta al mundo, qué duda cabe ha tenido un impacto decisivo en la vida de las personas, cambiando la manera como el individuo se integra en la sociedad contemporánea globalizada. Este cambio cultural lógicamente ha llegado también al mundo político y mediático, transformando y modernizando la manera como los políticos, los gobiernos y el Estado desempeñan sus funciones y desarrollan sus actividades. Así mismo, los medios de comunicación que durante el siglo XX se consolidaron como un poder paralelo, alterando la teoría clásica de equilibrio de poderes del Estado, vieron como esta nueva época: “la era digital” les daba la oportunidad y el espacio de ampliar su hegemonía y reforzarse como un suprapoder en la sociedad. 

El Poder político que tras un largo proceso de democratización se encuentra regulado, siendo el más representativo ejemplo lo que sucede en la democracia liberal representativa que funciona con una compleja red de pesos y contrapesos; limitando el poder del Estado. Pero esta situación no sucedió así en el caso de los medios, que crecieron desmesuradamente sin controles institucionales, solo guiándose por las leyes del mercado, dando como resultado en la actualidad un poder mediático avasallador y hegemónico.

Son estos medios que al no tener límites pueden llegar a ser un grave problema de la democracia. Porque tienen la capacidad de influir en la política interior y exterior de los Estados, determinar o boicotear las decisiones de los gobiernos y orientar la opinión pública. Al ser entidades privadas, en la mayoría de casos no defienden los intereses de la sociedad, sino sus propios intereses. Entendiendo que la comunicación es poder y construye poder.

Ante este escenario, ¿cuál es el rol o espacio de la sociedad en este mundo globalizado? ¿Qué utilidad podemos darle a la tecnología para fortalecer la democracia? En medio de la pugna inacabable entre medios y gobiernos, ¿cómo puede la sociedad y el individuo ejercer su derecho a la información? 

Estos temas son abordados de manera impecable en el presente libro que completa una trilogía literaria dedicada por María del Pilar Tello al estudio de los medios, la política y la sociedad. Siendo la sociedad la titular del derecho a la información, la recibe contaminada por la pugna entre gobiernos y medios. Por eso la autora plantea en más de una ocasión la participación mediática de la ciudadanía para terciar en esta nefasta polarización defendiendo los intereses de la sociedad.

Entrando a una nueva comunicación donde el usuario/ciudadano ya no es solo un receptor sino también es un productor de contenidos que puede difundir a través de medios propios, en conclusión una ciudadanía empoderada en un nuevo modelo de comunicación masiva (Camacho, 2003) que se ve fortalecida por el momento de la revolución digital que también significa un desafío para los medios, la clase política y el Estado.

Desafíos representados en los hitos de la nueva comunicación: WikiLeaks que desafió el poder del secreto, Snowden que denunció la vigilancia masiva internacional y las megafiltraciones que ponen en jaque a los poderosos (Gonzales-Tello, 2014) de todo el mundo. Nuevo mundo formado por nuevos actores, nuevos medios (Cardon, 2010), nuevos ciudadanos (Rodríguez, 2009), nuevos periodistas y nuevas audiencias.

Para concluir, es importante resaltar que hoy la sociedad tiene la oportunidad de utilizar las nuevas tecnologías para ser el fiel de la balanza que concrete ese difícil equilibrio entre el poder político y los medios; si lo logra se avanzará en la protección de los intereses de la sociedad, si fracasa se impondrá el autoritarismo y será el presagio del fin de la democracia.

Bibliografía:

Camacho, C. (2003) “Propuesta de un modelo de comunicación masiva para la construcción de ciudadanía en América Latina”. Razón y Palabra, N° 35.

Cardon, D (2010) La démocratie Internet. Promesses el limites. Éditions du Seuil et La République des Idées, París.

Gonzales-Tello, A. (2014) Los dioses del capital. ¿Podemos evitar otra crisis mundial? Fondo Editorial UAP.

Rodríguez, C. (2009) “Futuro humano y ciberciudadanía responsable”. Pliegos de Yuste, N° 9-10

martes, 29 de mayo de 2018

Autoritarismos de Oriente

También pueden leer el artículo en el siguiente enlace de mi ventana en La Mula.pe: https://cgama.lamula.pe/2018/05/29/autoritarismos-de-oriente/christophergambini/


Nos hemos dedicado por mucho tiempo a analizar y debatir la democracia en América Latina y Europa, siendo motivo de debate constante en la mayoría de medios de comunicación si Cuba o Venezuela son democracias o dictaduras. Pero se evitado poner atención a la situación de la democracia en Asia, concretamente los casos de China y Rusia

Para esta columna es claro que Cuba es una dictadura de partido único y Venezuela ha tenido desde 1998 con el Chavismo, un gobierno autoritario que fue avasallando las instituciones democráticas y que ha devenido, durante la presidencia de Maduro, en una dictadura que utiliza los mecanismos e instituciones republicanas para dar una apariencia democrática a un gobierno autoritario que ha provocado una crisis económica y expone a su población a una crisis humanitaria. 

Nos enteramos constantemente por los diversos medios de comunicación de la situación y los abusos vividos en Venezuela, pero cuando abordamos el caso de China y Rusia tenemos un notorio silencio o una manipulación marketera para soliviantar a ciertos sectores de nuestra sociedad. 

Desde 1949, la República Popular China, se convirtió en una dictadura de partido único bajo el liderazgo de Mao Zedong, quién con la revolución china llevó al Partido Comunista al poder; implementando así un régimen socialista que duraría hasta su muerte y que sería reformado en 1978 asumiendo y adaptando el modelo capitalista a su nación. Es así como China con el pasar de los años se volvió una potencia económica pero este progreso económico no se vio acompañado de un desarrollo democrático, por el contrario se fortaleció el régimen autoritario y hasta la actualidad la dictadura de partido único se mantiene. Aunque adaptando de cierta forma los conceptos de alternancia y elecciones a este sistema para permitir que el poder no se concentre por mucho tiempo en determinadas personas. 

Hace unas semanas este modelo ha sido cambiado, debido a la acumulación de poder del Presidente Xi Jinping, que mediante el control mayoritario que tiene sobre la Asamblea Popular Nacional ha logrado eliminar el límite de 2 mandatos de la Constitución Política, habilitándolo para permanecer en el cargo de manera indefinida. Si un régimen de partido único ya era preocupante, ahora que el partido único dependa del liderazgo de una persona no trae buenas noticias. 

En el caso de Rusia, luego de la caída de la Unión Soviética (URSS) y su disolución en 1991, se fundó la Federación Rusa con un régimen de república semipresidencialista; que desde el ascenso de Vladimir Putin al poder ha ido retrocediendo en libertades democráticas y visto cómo se van debilitando sus instituciones. Vladimir Putin se ha convertido en el presidente que más tiempo ha gobernado a la república rusa, asumió como presidente interino el 31 de diciembre de 1999 y ganó las elecciones en marzo del año 2000, reelegido en el 2004, dejó la presidencia en 2008 a su delfín político Dimitri Medvédev y se convirtió en primer ministro de su gobierno hasta que retomó la presidencia en 2012. Finalmente el pasado domingo 18 de marzo de 2018 ganó su reelección en elecciones cuestionadas por las fuerzas de oposición con alrededor del 70% de los votos. 

De esta forma y recurriendo a enroques gubernamentales Putin se ha mantenido en el poder Ejecutivo de Rusia desde 1999, dirigiendo a su país y acumulando poder durante casi 18 años. Derivando en un ejercicio del poder altamente autoritario y persiguiendo a los opositores, las últimas elecciones se volvieron un mero trámite y una farsa para mantener las formalidades ante la opinión pública nacional e internacional. 

Pero Putin no solo ha logrado hegemonizar la política de Rusia, así como China se ha convertido en una potencia económica y política, ha logrado mantener a Rusia como una potencia política y económica debido al antagonismo que mantiene hábilmente con Estados Unidos. Esta posición sumada a una buena estrategia de marketing sobre su persona lo ha convertido en un líder seductor y positivamente apreciado por varios sectores que tienen posiciones contra el llamado imperialismo yanqui, respaldan la presencia de la mano dura o alaban el belicismo militar. De esta forma muchas personas que conozco de diversas orientaciones políticas terminan convirtiéndose en parte del club de fans de Putin, tal parece que no solo nuestra democracia es precaria por nuestra valoración del ejercicio del poder o por la falta de interiorización de los valores democráticos sino también porque buscamos a un tirano que nos oprima. 

Resulta preocupante que los líderes de 2 de las potencias más importantes, acumulen poder y hegemonicen la política de sus naciones: estados dictatoriales o autoritarios respectivamente; debido a la influencia que ejercen en diferentes campos sobre las demás naciones del mundo. Es momento de que no solo nos defendamos del imperialismo de Estados Unidos.

domingo, 22 de abril de 2018

Paraguay bajo la Sombra del Partido Colorado

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Este domingo 22 de abril se realizaron las elecciones generales en Paraguay, que tras una campaña marcada por la apatía de los electores y el malestar hacia la clase política, produjo la elección del candidato Mario Abdo Benítez como nuevo presidente de la República del Paraguay.

Mario Abdo, candidato del Partido Colorado se impuso con un 46.47% de los votos frente a su principal competidor Efraín Alegre, candidato de la Alianza GANAR que obtuvo el 42.72% de los votos; sin embargo la Alianza GANAR, conformada por el Partido Liberal y el Frente Guasú, según las encuestas amplió su representación en el Senado y en la Cámara de Diputados, consolidándose como principal fuerza de oposición.

A pesar de las acusaciones de vínculos con la dictadura de Alfredo Stroessner, Mario Abdo logró unir las corrientes internas del Partido Colorado y se presentó ante los electores como un rostro joven del viejo partido que ha gobernado el Paraguay desde su fundación en el siglo XIX. 

Proponiendo mantener el rumbo económico actual, los tributos bajos y exenciones para estimular la inversión extranjera y la producción del agro del país, el candidato Abdo se mantuvo como el favorito en las encuestas con una ventaja de más de 20 puntos sobre su principal rival en los días previos a la fecha de sufragio. De esta forma aseguró convertirse en sucesor del actual mandatario Horacio Cartes y permitirá la continuidad en el poder del Partido Colorado.

El oficialismo se ha visto favorecido por la división y falta de coherencia de las fuerzas de oposición, principalmente de las fuerzas que sostuvieron al gobierno del expresidente Fernando Lugo, quién en 2008 acabó con la hegemonía electoral que el Partido Colorado ostentó por seis décadas. Estas fuerzas en un último intento por plantear una alternativa electoral competitiva, formaron la Alianza GANAR, que en teoría podía reeditar un triunfo semejante al de Lugo; pero los fuertes enfrentamientos por el intento de permitir la reelección presidencial en abril de 2017 que sostuvieron el Partido Liberal, liderado por Efraín Alegre y el Frente Guasú, liderado por Fernando Lugo, afectaron la coherencia de esta plataforma que meses después terminó postulando a Alegre como su candidato presidencial.

Pese a perder la contienda presidencial, como lo dijimos anteriormente ambas fuerzas aumentarían su presencia legislativa, el reto que ahora afrontan es el de convertir su alianza electoral en una alianza o bloque opositor que sirva de contrapeso al nuevo gobierno colorado. Sin embargo la afinidad y coincidencia de propuestas electorales acercan al Partido Liberal hacia el nuevo gobierno y lo alejan de sus socios izquierdistas del Frente Guasú, debilitando el necesario contrapeso legislativo.

Con una campaña sin mayores cambios, los resultados electorales en Paraguay estuvieron marcados por una sola palabra: “certeza”; certeza de la debilidad de la oposición, certeza de que el temor a la dictadura ha perdido significancia, y certeza de que Paraguay sigue todavía bajo la sombra del Partido Colorado.

domingo, 18 de marzo de 2018

Colombia transitando en Elecciones

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El pasado domingo 11 de marzo, la población acudió a las urnas para renovar el Senado y la Cámara de Representantes y para participar de las Consultas Interpartidistas que definirían a los candidatos presidenciales de la Coalición de la Derecha y del bloque de Izquierda. Siendo estas elecciones la primera fase en el proceso electoral que definirá el rumbo de Colombia por los próximos 4 años. 

Primera fase porque si bien en esta elección se escogían los representantes a las cámaras del Parlamento, esto permite ver la fuerza y desempeño electoral de las organizaciones políticas y visualizar posibles escenarios de acuerdos frente a la elección presidencial. Siendo la segunda fase la elección presidencial en el mes de mayo y la probable segunda vuelta presidencial en junio, la tercera fase en este proceso electoral que define el mapa político colombiano con miras al periodo de gobierno 2018 – 2022. 

En las elecciones parlamentarias, los resultados han sido heterogéneos. Por un lado varias organizaciones demostraron la fuerza de su presencia territorial obteniendo positivos resultados a pesar de estar bajos en las encuestas presidenciales o no tener candidato presidencial. El Partido Liberal obtuvo 35 representantes, convirtiéndose en la primera fuerza en esta cámara y 14 senadores, siendo así cuarta fuerza en el Senado. El Partido Conservador obtuvo 21 representantes, logrando ser la quinta fuerza en la cámara de representantes y 15 senadores, logrando ser la tercera fuerza en el Senado. El Partido Social de la Unidad Nacional del presidente Juan Manuel Santos obtuvo 25 representantes, siendo así la cuarta fuerza en la cámara baja, y 14 senadores, convirtiéndose en la quinta fuerza en el Senado. 

Mientras tanto Cambio Radical que apoya al candidato Germán Vargas Lleras obtuvo 30 representantes, logrando ser la tercera fuerza en la cámara de representantes y 16 senadores, siendo así la segunda fuerza en el Senado. Este resultado le permite al candidato un respaldo a su ambición presidencial que se mantiene desde hace meses en el tercer o cuarto lugar en las encuestas. 

El Centro Democrático, partido del expresidente Álvaro Uribe y que tiene como candidato presidencial a Iván Duque, obtuvo 32 representantes y se sitúa como segunda fuerza en la cámara, y 19 senadores, logrando ser la primera fuerza en el Senado. Estos resultados confirman la fortaleza de esta organización que estuvo a punto de llegar a la presidencia en 2014. 

La Alianza Verde y el Polo Democrático Alternativo, organizaciones que sostienen la candidatura de Sergio Fajardo obtuvieron diversos resultados. Mientras que los Verdes obtuvieron 10 senadores y 9 representantes, el Polo Democrático obtuvo 5 senadores y 2 representantes. Resultados que permiten mantener a flote la candidatura de Fajardo pero lo ponen en una situación vulnerable de llegar al gobierno. 

La Lista de la Decencia, que lidera el candidato presidencial Gustavo Petro, obtuvo 4 senadores y 2 representantes, resultados esperables dada la imagen de personalismo que tiene la población del movimiento de Petro

El caso del partido de las FARC es paradójico y simbólico, por primera vez acudieron a las urnas dejando las armas como parte de los Acuerdos de Paz, y obtuvieron alrededor de 50 mil votos que por sí solos no les permiten tener parlamentarios pero debido a estos acuerdos tendrán 5 representantes y 5 senadores. Las FARC empiezan a integrarse a la sociedad civil y sus pobres resultados demuestran la falsedad de que el “Castrochavismo” iba a tomar el país como lo pregonaban los sectores conservadores y de ultraderecha ligados al Centro Democrático y al Partido Conservador

Mención aparte merecen las Consultas Interpartidistas de la Coalición de la Derecha y del bloque de Izquierda inscritas en enero de 2018. 

En la Gran consulta por Colombia participaron alrededor de 6 millones de electores, se escogió un candidato único entre los precandidatos Iván Duque del Centro Democrático, Martha Lucía Ramírez del grupo Por una Colombia Honesta y Fuerte, y Alejandro Ordóñez del grupo La Patria de Pie.​ El candidato elegido fue Iván Duque con el 67.7% de los votos. 

En la Consulta Inclusión social para la paz participaron alrededor de 3 millones de electores, se escogió un candidato único entre los precandidatos Gustavo Petro de la coalición del movimiento Colombia Humana y el movimiento MAIS, y Carlos Eduardo Caicedo del grupo Fuerza Ciudadana. El candidato elegido fue Gustavo Petro con el 84.7% de los votos. 

Ambos candidatos se vieron fortalecidos por la exposición mediática que recibieron las consultas y ocupan los primeros lugares en todas las encuestas rumbo a la primera vuelta presidencial y actores relevantes para la futura segunda vuelta. 

En balance las elecciones legislativas nos dieron como resultado un parlamento fragmentado en ambas cámaras con fuerte presencia de las organizaciones de derecha que de llegar al gobierno pueden formar fácilmente una mayoría, mientras que desde el centro y la izquierda se puede conformar una mayoría alternativa que de sustento a un gobierno centroizquierdista. 

Así mismo, la primera vuelta parece centrarse en 4 candidatos que pugnarán por entrar a segunda vuelta. Germán Vargas Lleras de Cambio Radical; Sergio Fajardo de la Coalición Colombia (Alianza Verde, Polo Democrático Alternativo y Compromiso Ciudadano); Iván Duque del Centro Democrático y Gustavo Petro de la alianza entre el Movimiento Colombia Humana, Alianza Social Independiente, Movimiento Alternativo Indígena y Social, Unión Patriótica y Fuerza Ciudadana. 

De esta forma se da inicio con mayor intensidad a la campaña presidencial, que conforme pasen los días demostrará los acuerdos y apoyos en la lucha por definir los 2 primeros lugares en la primera vuelta electoral y por ganar la segunda vuelta electoral. Definiendo así el mapa político colombiano para el periodo de gobierno 2018 – 2022.

Sufre Sufre PPK

Columna publicada originalmente en La Mula.pe: https://cgama.lamula.pe/2018/03/18/sufre-sufre-ppk/christophergambini/


El próximo jueves 22 de marzo presenciaremos la siguiente etapa en el nuevo proceso de vacancia contra el Presidente Pedro Pablo Kuczynski, quién deberá acudir al Pleno del Congreso para exponer su defensa tratando así formalmente de convencer a los congresistas de permitir su permanencia en el cargo y descartar el pedido de vacancia. 

Buscando repetir el resultado logrado en diciembre del año pasado, mes en el que fracasó el primer proceso de vacancia debido a la abstención de congresistas de Alianza para el Progreso (APP), Nuevo Perú y disidentes de Fuerza Popular; el oficialismo pretende afrontar el nuevo proceso argumentando la presunción de inocencia del mandatario frente a las acusaciones de vínculos y negocios con la empresa Odebrecht, el respeto al debido proceso y a la investidura presidencial, las motivaciones personales de las fuerzas de oposición y principalmente que una eventual vacancia presidencial agudizaría la crisis política antes que solucionarla. 

Mientras, las fuerzas de oposición tratan de sumar votos para alcanzar los 87 votos necesarios para destituir al Presidente, calculan el impacto de cómo esta decisión será percibida en la opinión pública y analizan que beneficios pueden obtener para sus respectivas organizaciones. Públicamente dirán que siguen analizando los argumentos que ha dado y dará el Presidente o que están revisando los documentos sobre los negocios de PPK; cumpliendo así con ser implacables en la lucha contra la corrupción mientras callan, tergiversan, direccionan o cuestionan las revelaciones de Marcelo Odebrecht y Jorge Barata de haber financiado las campañas presidenciales de sus líderes políticos. 

Haciéndose de dominio público una verdad que ha buscado ser ocultada: el financiamiento del poder económico empresarial en las campañas electorales y su influencia en la mayor parte de la clase política. Situación que siempre ha existido y que Odebrecht encontró al llegar a nuestro país, eso sin hablar de los sobornos a funcionarios públicos y la normalización de las coimas en una gran variedad de proyectos en los diferentes niveles de gobierno. Es por eso que no nos dejemos confundir, Odebrecht y otras empresas brasileñas no inventaron la corrupción, ésta ya existía en nuestra sociedad desde por lo menos el Virreynato. Lo cierto es que Odebrecht modernizó y profesionalizó este sistema de coimas y esta manera de relacionar el poder empresarial con la clase política, con la complicidad y apoyo de los grandes grupos económicos y empresas peruanas, la “revelación” de la participación de la CONFIEP en las elecciones de 2011 y la participación en IRSA y otros proyectos cuestionados no hace más que recordárnoslo. 

Pero el cuestionamiento a la clase empresarial, a la clase política, a las fuerzas de oposición y a las instituciones de control y justicia, no salva por descarte al presidente de la República. Quien en estos ya 18 meses de gobierno ha hecho denodados esfuerzos por debilitar el poder del Ejecutivo, afectar la credibilidad de la Presidencia y ahondar la crisis política que vivimos. Con un gobierno que se ha ido debilitando mes a mes por propia indecisión y por no saber cómo o no poder enfrentar a las fuerzas de oposición y cuya popularidad ha ido descendiendo sostenidamente. 

Parecía que ante la vulnerabilidad de la situación de su Presidencia y luego de salvarse dramáticamente de la primera vacancia, PPK había entendido que debía dirigir un gobierno centrista y republicano que permitiera darle rumbo al país en esta época tan difícil; pero a los 2 días de salvada su permanencia en el cargo nos demostró que el país no le importaba, al darle un indulto político al ex dictador Alberto Fujimori y tratar de justificar esta lamentable decisión con un discurso de reconciliación nacional que nadie creyó. De esta forma terminaba por dilapidar su credibilidad como mandatario y humillaba la investidura presidencial. 

Las nuevas noticias sobre su vinculación con Odebrecht y su pobre defensa ante estos cuestionamientos no hicieron más que debilitar su presunción de inocencia ante la opinión pública y exponerlo ante una aun mayor oposición parlamentaria: A su principal rival Fuerza Popular, el APRA, Acción Popular y Frente Amplio; se le sumarían Nuevo Perú y parte de APP, fuerzas que hasta el 2017 no habían ejercido una radical oposición. Oposición que luego de diversas coordinaciones presentó una moción multipartidaria de vacancia y siguiendo el trámite parlamentario aprobó con 87 votos el pasado jueves 15 de marzo. 

Este segundo proceso ha sido cuestionado por diversos opinólogos que bajo el argumento o excusa de la defensa de la institucionalidad o de la investidura presidencial consideran que un congreso impopular o fuertemente cuestionado no debería vacar al Presidente. Como ya lo hemos dicho la motivación de las fuerzas de oposición es netamente personal y no principista, pero también es cierto que el Presidente ha trabajado eficientemente por mermar la autoridad del Ejecutivo. Preservar las instituciones no debe significar un aval a la inconducta de quienes las dirigen, porque es precisamente esta inconducta la que deslegitima, corrompe y debilita a las instituciones. 

En ese sentido, si el Presidente PPK es vacado, su vicepresidente Martín Vizcarra cumpliendo la Constitución lo reemplazaría y tiene la oportunidad de hacer lo que PPK no hizo: formar un gobierno que le dé un rumbo al país en este periodo tan complejo, actuando como una segunda transición que renueve nuestra débil democracia y nos permita llegar en una mejor forma al 2021. 

Por eso es vital resolver la permanencia o no del actual Presidente; siendo esta la primera batalla que se debe definir si queremos concentrarnos en abordar y solucionar los problemas que aquejan a la población y plantear las reformas que con urgencia necesita nuestra nación. 

Ante esto, no sabemos cómo terminará este segundo proceso de vacancia, probablemente no resuelva la crispación política que vivimos diariamente, pero no podemos seguir en esta suerte de limbo a la que nos ha llevado la mediocridad e irresponsabilidad de la clase política.

sábado, 27 de enero de 2018

Reseña del Libro “El Poder y las Sombras”

Columna publicada originalmente en La Mula.pe: https://cgama.lamula.pe/2018/01/27/resena-del-libro-el-poder-y-las-sombras/christophergambini/


Por mucho tiempo nos centramos solo en regular y buscar el equilibrio entre los poderes del Estado, descuidando la regulación y el establecimiento de límites sobre el poder mediático y el poder económico. Corregir esta problemática permitirá la consolidación de la democracia, que se sostiene en el respeto y garantía de los derechos de la ciudadanía.

Hace ya más de un año que el Fondo Editorial del Congreso publicó el libro “El Poder y las Sombras: Hacia el equilibrio político-mediático” escrito por María del Pilar Tello, obra que recoge un profundo estudio y reflexión sobre la relación de los medios de comunicación y los gobiernos.

Medios de comunicación que se han convertido en los principales agentes en el proceso de difusión de la información, siendo decisivos al momento de influir y moldear la opinión pública (Tello, 2013), ocurriendo el framing (enmarque), priming (destacar) y agenda setting (agenda temática) al momento de manejar los contenidos y abordar la difusión de noticias. Provocando que se conviertan en el mega poder que ejerce el control de la comunicación y la información en nuestra sociedad, debido a la capacidad que poseen de influir, controlar y avasallar a los gobiernos.

Por el lado de la clase política, los políticos han pasado a ser personajes mediatizados (Alcántara, 2012), con liderazgos personalistas y proclividad hacia una acumulación de poder en su persona. En muchos casos ante los límites de la influencia de las instituciones, se han visto obligados a someterse al poder de los medios, que les dan el espacio escénico para llegar hacia los ciudadanos/votantes, generando una situación de peligrosa dependencia.

En respuesta a esta situación se han generado en nuestro continente escenarios de confrontación y tensión entre los gobiernos y medios y/o grupos mediáticos. Siendo los ejemplos más representativos:

La pugna mediático-política entre los gobiernos Kirchneristas y el Grupo Clarín en la Argentina, en el contexto de la aprobación de una ley de medios que terminó siendo judicializada y resistida por el grupo mediático.

El caso de Ecuador, donde la presidencia de Rafael Correa emprendió una lucha por la hegemonía política (Abad, 2010) sobre los medios desatada desde el 2007.

El caso de México, donde se evalúa el histórico dominio político de Televisa (Alva de la Selva, 2013) que ha dado paso a una reforma de las telecomunicaciones, aun de incierto desarrollo.

En medio del enfrentamiento permanente entre medios y gobiernos, ¿cuál sería la solución para resolver este conflicto de poderes? ¿De qué manera podemos evitar el abuso del poder mediático? ¿Cómo hacemos para garantizar el derecho a la información de la ciudadanía?

María del Pilar Tello, docente universitaria y apasionada analista política, aborda estos temas en el presente libro, segunda parte de una trilogía literaria dedicada por la autora al estudio de los medios, la política y la sociedad. Apostando por el equilibrio político – mediático, en donde juegue un rol fundamental la tercería ciudadana que se desempeñe como contrapoder, generando de esta forma un triángulo virtuoso.

Así mismo, se alerta sobre la ausencia de medios públicos estatales en nuestros países, entidades autónomas del poder político de turno, que garanticen la pluralidad de la información y representen los intereses de la sociedad en su conjunto. Con verdaderos medios públicos, evitaríamos lamentables ejemplos como el que ocurre en el Perú con el Canal del Congreso, devenido en organismo de propaganda del fujimorismo de Fuerza Popular.

Finalmente, por mucho tiempo nos centramos solo en regular y buscar el equilibrio entre los poderes del Estado, descuidando la regulación y el establecimiento de límites sobre el poder mediático y el poder económico. Corregir esta problemática permitirá la consolidación de la democracia, que se sostiene en el respeto y garantía de los derechos de la ciudadanía.

Bibliografía:

Abad, G. (2010) “Ecuador, el club de la pelea poder político vs. poder mediático”. En: ¿Por qué nos odian tanto? N° 11. Fundación Ebert, Bogotá.
Alcántara, M. (2012) El oficio de político. Editorial Tecnos, Madrid.
Alva de la Selva, A. (2013) “Poderes fácticos mediáticos: una agenda de investigación”. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM Vol. 53 N° 217, México.
Tello, M. (2013) Dioses, Diablos y Fieras: periodistas en el siglo XXI. Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima.