domingo, 18 de marzo de 2018

Colombia transitando en Elecciones

También pueden leer el artículo en el siguiente enlace de mi ventana en La Mula.pe: https://cgama.lamula.pe/2018/03/22/colombia-transitando-en-elecciones/christophergambini/


El pasado domingo 11 de marzo, la población acudió a las urnas para renovar el Senado y la Cámara de Representantes y para participar de las Consultas Interpartidistas que definirían a los candidatos presidenciales de la Coalición de la Derecha y del bloque de Izquierda. Siendo estas elecciones la primera fase en el proceso electoral que definirá el rumbo de Colombia por los próximos 4 años. 

Primera fase porque si bien en esta elección se escogían los representantes a las cámaras del Parlamento, esto permite ver la fuerza y desempeño electoral de las organizaciones políticas y visualizar posibles escenarios de acuerdos frente a la elección presidencial. Siendo la segunda fase la elección presidencial en el mes de mayo y la probable segunda vuelta presidencial en junio, la tercera fase en este proceso electoral que define el mapa político colombiano con miras al periodo de gobierno 2018 – 2022. 

En las elecciones parlamentarias, los resultados han sido heterogéneos. Por un lado varias organizaciones demostraron la fuerza de su presencia territorial obteniendo positivos resultados a pesar de estar bajos en las encuestas presidenciales o no tener candidato presidencial. El Partido Liberal obtuvo 35 representantes, convirtiéndose en la primera fuerza en esta cámara y 14 senadores, siendo así cuarta fuerza en el Senado. El Partido Conservador obtuvo 21 representantes, logrando ser la quinta fuerza en la cámara de representantes y 15 senadores, logrando ser la tercera fuerza en el Senado. El Partido Social de la Unidad Nacional del presidente Juan Manuel Santos obtuvo 25 representantes, siendo así la cuarta fuerza en la cámara baja, y 14 senadores, convirtiéndose en la quinta fuerza en el Senado. 

Mientras tanto Cambio Radical que apoya al candidato Germán Vargas Lleras obtuvo 30 representantes, logrando ser la tercera fuerza en la cámara de representantes y 16 senadores, siendo así la segunda fuerza en el Senado. Este resultado le permite al candidato un respaldo a su ambición presidencial que se mantiene desde hace meses en el tercer o cuarto lugar en las encuestas. 

El Centro Democrático, partido del expresidente Álvaro Uribe y que tiene como candidato presidencial a Iván Duque, obtuvo 32 representantes y se sitúa como segunda fuerza en la cámara, y 19 senadores, logrando ser la primera fuerza en el Senado. Estos resultados confirman la fortaleza de esta organización que estuvo a punto de llegar a la presidencia en 2014. 

La Alianza Verde y el Polo Democrático Alternativo, organizaciones que sostienen la candidatura de Sergio Fajardo obtuvieron diversos resultados. Mientras que los Verdes obtuvieron 10 senadores y 9 representantes, el Polo Democrático obtuvo 5 senadores y 2 representantes. Resultados que permiten mantener a flote la candidatura de Fajardo pero lo ponen en una situación vulnerable de llegar al gobierno. 

La Lista de la Decencia, que lidera el candidato presidencial Gustavo Petro, obtuvo 4 senadores y 2 representantes, resultados esperables dada la imagen de personalismo que tiene la población del movimiento de Petro

El caso del partido de las FARC es paradójico y simbólico, por primera vez acudieron a las urnas dejando las armas como parte de los Acuerdos de Paz, y obtuvieron alrededor de 50 mil votos que por sí solos no les permiten tener parlamentarios pero debido a estos acuerdos tendrán 5 representantes y 5 senadores. Las FARC empiezan a integrarse a la sociedad civil y sus pobres resultados demuestran la falsedad de que el “Castrochavismo” iba a tomar el país como lo pregonaban los sectores conservadores y de ultraderecha ligados al Centro Democrático y al Partido Conservador

Mención aparte merecen las Consultas Interpartidistas de la Coalición de la Derecha y del bloque de Izquierda inscritas en enero de 2018. 

En la Gran consulta por Colombia participaron alrededor de 6 millones de electores, se escogió un candidato único entre los precandidatos Iván Duque del Centro Democrático, Martha Lucía Ramírez del grupo Por una Colombia Honesta y Fuerte, y Alejandro Ordóñez del grupo La Patria de Pie.​ El candidato elegido fue Iván Duque con el 67.7% de los votos. 

En la Consulta Inclusión social para la paz participaron alrededor de 3 millones de electores, se escogió un candidato único entre los precandidatos Gustavo Petro de la coalición del movimiento Colombia Humana y el movimiento MAIS, y Carlos Eduardo Caicedo del grupo Fuerza Ciudadana. El candidato elegido fue Gustavo Petro con el 84.7% de los votos. 

Ambos candidatos se vieron fortalecidos por la exposición mediática que recibieron las consultas y ocupan los primeros lugares en todas las encuestas rumbo a la primera vuelta presidencial y actores relevantes para la futura segunda vuelta. 

En balance las elecciones legislativas nos dieron como resultado un parlamento fragmentado en ambas cámaras con fuerte presencia de las organizaciones de derecha que de llegar al gobierno pueden formar fácilmente una mayoría, mientras que desde el centro y la izquierda se puede conformar una mayoría alternativa que de sustento a un gobierno centroizquierdista. 

Así mismo, la primera vuelta parece centrarse en 4 candidatos que pugnarán por entrar a segunda vuelta. Germán Vargas Lleras de Cambio Radical; Sergio Fajardo de la Coalición Colombia (Alianza Verde, Polo Democrático Alternativo y Compromiso Ciudadano); Iván Duque del Centro Democrático y Gustavo Petro de la alianza entre el Movimiento Colombia Humana, Alianza Social Independiente, Movimiento Alternativo Indígena y Social, Unión Patriótica y Fuerza Ciudadana. 

De esta forma se da inicio con mayor intensidad a la campaña presidencial, que conforme pasen los días demostrará los acuerdos y apoyos en la lucha por definir los 2 primeros lugares en la primera vuelta electoral y por ganar la segunda vuelta electoral. Definiendo así el mapa político colombiano para el periodo de gobierno 2018 – 2022.

Sufre Sufre PPK

Columna publicada originalmente en La Mula.pe: https://cgama.lamula.pe/2018/03/18/sufre-sufre-ppk/christophergambini/


El próximo jueves 22 de marzo presenciaremos la siguiente etapa en el nuevo proceso de vacancia contra el Presidente Pedro Pablo Kuczynski, quién deberá acudir al Pleno del Congreso para exponer su defensa tratando así formalmente de convencer a los congresistas de permitir su permanencia en el cargo y descartar el pedido de vacancia. 

Buscando repetir el resultado logrado en diciembre del año pasado, mes en el que fracasó el primer proceso de vacancia debido a la abstención de congresistas de Alianza para el Progreso (APP), Nuevo Perú y disidentes de Fuerza Popular; el oficialismo pretende afrontar el nuevo proceso argumentando la presunción de inocencia del mandatario frente a las acusaciones de vínculos y negocios con la empresa Odebrecht, el respeto al debido proceso y a la investidura presidencial, las motivaciones personales de las fuerzas de oposición y principalmente que una eventual vacancia presidencial agudizaría la crisis política antes que solucionarla. 

Mientras, las fuerzas de oposición tratan de sumar votos para alcanzar los 87 votos necesarios para destituir al Presidente, calculan el impacto de cómo esta decisión será percibida en la opinión pública y analizan que beneficios pueden obtener para sus respectivas organizaciones. Públicamente dirán que siguen analizando los argumentos que ha dado y dará el Presidente o que están revisando los documentos sobre los negocios de PPK; cumpliendo así con ser implacables en la lucha contra la corrupción mientras callan, tergiversan, direccionan o cuestionan las revelaciones de Marcelo Odebrecht y Jorge Barata de haber financiado las campañas presidenciales de sus líderes políticos. 

Haciéndose de dominio público una verdad que ha buscado ser ocultada: el financiamiento del poder económico empresarial en las campañas electorales y su influencia en la mayor parte de la clase política. Situación que siempre ha existido y que Odebrecht encontró al llegar a nuestro país, eso sin hablar de los sobornos a funcionarios públicos y la normalización de las coimas en una gran variedad de proyectos en los diferentes niveles de gobierno. Es por eso que no nos dejemos confundir, Odebrecht y otras empresas brasileñas no inventaron la corrupción, ésta ya existía en nuestra sociedad desde por lo menos el Virreynato. Lo cierto es que Odebrecht modernizó y profesionalizó este sistema de coimas y esta manera de relacionar el poder empresarial con la clase política, con la complicidad y apoyo de los grandes grupos económicos y empresas peruanas, la “revelación” de la participación de la CONFIEP en las elecciones de 2011 y la participación en IRSA y otros proyectos cuestionados no hace más que recordárnoslo. 

Pero el cuestionamiento a la clase empresarial, a la clase política, a las fuerzas de oposición y a las instituciones de control y justicia, no salva por descarte al presidente de la República. Quien en estos ya 18 meses de gobierno ha hecho denodados esfuerzos por debilitar el poder del Ejecutivo, afectar la credibilidad de la Presidencia y ahondar la crisis política que vivimos. Con un gobierno que se ha ido debilitando mes a mes por propia indecisión y por no saber cómo o no poder enfrentar a las fuerzas de oposición y cuya popularidad ha ido descendiendo sostenidamente. 

Parecía que ante la vulnerabilidad de la situación de su Presidencia y luego de salvarse dramáticamente de la primera vacancia, PPK había entendido que debía dirigir un gobierno centrista y republicano que permitiera darle rumbo al país en esta época tan difícil; pero a los 2 días de salvada su permanencia en el cargo nos demostró que el país no le importaba, al darle un indulto político al ex dictador Alberto Fujimori y tratar de justificar esta lamentable decisión con un discurso de reconciliación nacional que nadie creyó. De esta forma terminaba por dilapidar su credibilidad como mandatario y humillaba la investidura presidencial. 

Las nuevas noticias sobre su vinculación con Odebrecht y su pobre defensa ante estos cuestionamientos no hicieron más que debilitar su presunción de inocencia ante la opinión pública y exponerlo ante una aun mayor oposición parlamentaria: A su principal rival Fuerza Popular, el APRA, Acción Popular y Frente Amplio; se le sumarían Nuevo Perú y parte de APP, fuerzas que hasta el 2017 no habían ejercido una radical oposición. Oposición que luego de diversas coordinaciones presentó una moción multipartidaria de vacancia y siguiendo el trámite parlamentario aprobó con 87 votos el pasado jueves 15 de marzo. 

Este segundo proceso ha sido cuestionado por diversos opinólogos que bajo el argumento o excusa de la defensa de la institucionalidad o de la investidura presidencial consideran que un congreso impopular o fuertemente cuestionado no debería vacar al Presidente. Como ya lo hemos dicho la motivación de las fuerzas de oposición es netamente personal y no principista, pero también es cierto que el Presidente ha trabajado eficientemente por mermar la autoridad del Ejecutivo. Preservar las instituciones no debe significar un aval a la inconducta de quienes las dirigen, porque es precisamente esta inconducta la que deslegitima, corrompe y debilita a las instituciones. 

En ese sentido, si el Presidente PPK es vacado, su vicepresidente Martín Vizcarra cumpliendo la Constitución lo reemplazaría y tiene la oportunidad de hacer lo que PPK no hizo: formar un gobierno que le dé un rumbo al país en este periodo tan complejo, actuando como una segunda transición que renueve nuestra débil democracia y nos permita llegar en una mejor forma al 2021. 

Por eso es vital resolver la permanencia o no del actual Presidente; siendo esta la primera batalla que se debe definir si queremos concentrarnos en abordar y solucionar los problemas que aquejan a la población y plantear las reformas que con urgencia necesita nuestra nación. 

Ante esto, no sabemos cómo terminará este segundo proceso de vacancia, probablemente no resuelva la crispación política que vivimos diariamente, pero no podemos seguir en esta suerte de limbo a la que nos ha llevado la mediocridad e irresponsabilidad de la clase política.