sábado, 17 de enero de 2015

Elecciones Presidenciales Perú 2016: El Outsider Esperado

Artículo publicado en la Página Web: http://libertadydesarrollo.org/elecciones-presidenciales-peru-2016-el-outsider-esperado/


Faltan pocas horas para comenzar el 2015, donde se irán decidiendo y confirmando las candidaturas presidenciales que participarán en las elecciones de abril de 2016 lo que dará el punto de inicio habitual de la campaña preelectoral donde según la última encuesta de Ipsos-Perú: Keiko Fujimori con 33%, Pedro Pablo Kuczynski con 14%, Alan García con 12% y Alejandro Toledo con 6%, que conforman el elenco estable de la política nacional, son actualmente las opciones con mayor respaldo para ganar la elección presidencial y conducir al país hacia el bicentenario de nuestra independencia. Pero en esta ocasión el panorama político no es nada alentador, todos los candidatos tienen en promedio un nivel de antivoto superior al 40%, están relacionados a escándalos de corrupción o abuso de poder y no generan expectativas en diferentes sectores del electorado, principalmente entre los jóvenes; lo que hace prever que esta elección no está asegurada entre los llamados insider, sino que nuevamente se va perfilando el espacio para un “outsider” que entusiasme a los electores rumbo al 2016.

Este espacio está demostrado por diferentes indicadores presentes en nuestra sociedad como: Según el perfil del Elector Peruano (elaborado en el 2010), el 67% de peruanos tiene poco o ningún interés en la política, el 73% de peruanos asegura tener poca o ninguna información de los candidatos, y el 43% elige a su candidato entre una semana y un día antes de emitir su voto, lo que ha permitido la aparición de los candidatos “outsider” o candidatos sorpresas que pertenecen al sistema. La debilidad de los partidos políticos desde la elección de 1989 ha dificultado la renovación de generacional de cuadros políticos profesionales, reducido la discusión ideológica-programática y anulado la representación entre sociedad civil-Estado. Amplios sectores de la sociedad, más allá del nivel socioeconómico, nivel de educación, del género o la edad demuestran constantemente que no confían en los líderes políticos actuales y no se sienten representados por estos en particular ni por los partidos en general. Todos estos factores demuestran que nuestra sociedad civil no acepta a los candidatos virtualmente confirmados y está a la espera de ver una nueva alternativa que esté presente en la campaña electoral del 2016.

Desde 1989, con la victoria de Ricardo Belmont en la alcaldía metropolitana de Lima, pasando por la victoria de Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, se hace evidente la elección por un outsider o candidato que le proponga al electorado que resolverá sus principales problemas y le generará con esto un mejor futuro; si bien es cierto que este fenómeno tiene un gran aspecto negativo para el sistema democrático debido a la inexperiencia de estos candidatos y la tentación autoritaria en algunos casos, estos aspectos pueden ser fácilmente superados aprendiendo del pasado para generar una opción honesta y seria que paradójicamente recupere la credibilidad en la política. Es claro que para esta opción el espacio natural es el centro político-democrático que hoy no es correctamente representado, que enfrente a la sobrepoblación de candidatos de la derecha ligados a la corrupción y al abuso autoritario y a los escasos candidatos de la izquierda populista y radical.

Un actor clave que estará presente nuevamente en la campaña presidencial, es Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura, gran orador defensor de la democracia liberal y aval democrático en las últimas elecciones presidenciales para nuestro país. Luego de hacer público su anuncio de participar activamente en la contienda electoral, si bien es cierto no como candidato sino tan solo como un ciudadano más, para evitar que el Fujimorismo alcance el poder del Estado Nacional, por ser una organización marcada por la corrupción y defensora del autoritarismo, además es ampliamente conocido su rechazo a exgobernantes sin escrúpulos y acusados de diferentes delitos y funcionarios que representan el mercantilismo hecho política, Vargas Llosa luego de haber alcanzado los más altos reconocimientos y honores en su carrera literaria,  su condición de ciudadano lo obliga con su patria ante el escenario que se le avecinaría si Keiko Fujimori o Alan García vuelven al gobierno para abusar del poder; y como todo ciudadano con deber republicano está dispuesto a dejar su tranquila y cómoda vida profesional para hacer nuevamente política activa, en base a ideas, propuestas y planes que sin duda alguna elevarían el debate nacional. Ya que tendrá enfrente a un gigante de la política peruana como es el caso de Alan García lo cual nos traerá a la memoria a todos los peruanos esa gran batalla que ambos libraron tanto en los medios de comunicación como en las plazas y calles de todo el Perú con motivo del intento de García de estatizar la banca.

Así como él es claro que otros peruanos exitosos y reconocidos deberían estar presentes en la campaña electoral y la política nacional, lo que es el rumbo correcto para fortalecer el sistema político, tan denostado en las últimas décadas. Para comprobarlo me permito citar dos ejemplos: el primero, el de un prestigioso empresario y político, que ha ejercido con pulcritud su vida profesional y empresarial; con un gran interés por la realidad nacional y las perspectivas del desarrollo económico para generar oportunidades para todos los peruanos desde hace más de 40 años; mediante la elaboración de políticas y proyectos tanto públicos como privados para que permitan conectar nuestro país con todo el continente y con el mundo entero en el nuevo panorama de la globalización; con amplia experiencia en el plano de la organización y coordinación de instituciones y equipos de trabajo desde muy joven, lo que le ha permitido ser reconocido y respetado por todos los tecnócratas que han trabajado en los más altos cargos de decisión del sector privado así como del sector público sumando aportes importantes rumbo al 2016; pero que no significa que ha estado alejado de la política, por eso cuando un grupo numeroso de estudiantes universitarios y de jóvenes profesionales de diversas regiones del Perú fueron a buscarlo para pedirle que regrese a la política no lo dudó ni un solo minuto, recordando su impecable paso por esta actividad en la campaña electoral de 1990, donde jugó un papel trascendental en el restablecimiento de relaciones del Perú con los organismos financieros internacionales permitiendo la recuperación económica y financiera del país luego del desastre del primer Gobierno de Alan García.

El segundo ejemplo también es el caso de un exitoso emprendedor y político, que ha llevado a lo más alto el nombre del Perú a nivel internacional generando el orgullo de todos los peruanos por ver revalorizados sus diversos recursos productivos; de tradición popular, que ha creado y gerenciado una red de negocios de atención al público en más de 15 países, además decidió que su éxito no debía ser individual sino colectivo y compartido promoviendo el desarrollo de otros empresarios en todo el Perú especialmente de los pequeños y medianos productores que fueron olvidados durante décadas por la indiferencia de las autoridades y los mismos empresarios; creador de escuelas que garanticen el desarrollo profesional del talento de jóvenes peruanos, principal impulsor y creador de la feria gastronómica más importante de Lima y América Latina y conocido líder de opinión que también viene siendo animado en los últimos años a postular, pero siempre ha ido “descartando” esta posibilidad esperando que surja una opción organizada dándose la oportunidad de plantear la agenda de cómo debe ser y los retos a enfrentar de un virtual outsider.

Finalmente ante la pregunta: ¿Cómo debe ser el outsider que postule a la presidencia en el 2016?

Este nuevo outsider puede y deber ser una opción honesta, decente y democrática, ubicada en el centro del espectro político, con capacidad de convocar al resto de sectores políticos de la sociedad, que busque recuperar la credibilidad en la política, como actividad de decisión pública, con un gran equipo profesional organizado que le permita no caer en la improvisación, con una agenda de reformas audaces que solucionen los problemas actuales del país: como la inseguridad, la corrupción y la informalidad, y planteen una visión de futuro que conecte con sectores de la sociedad como los jóvenes, siempre postergados, ansiosos de cambios y a la espera de un candidato que les proponga un proyecto de país claro, coherente y esperanzador que demuestre que la construcción de la ruta del progreso y del desarrollo es posible y no un sueño lejano para el Perú, hasta alcanzar a ser una sociedad libre, moderna y próspera.


No hay comentarios:

Publicar un comentario