Van transcurriendo los primeros
días de enero y los principales candidatos van definiendo con cada vez más
fuerza sus lineamientos y ejes centrales de campaña; construyendo sus
respectivas organizaciones y participando activamente del debate político para
buscar posicionarse como opciones para las elecciones generales de 2016.
Copando el espacio de la derecha política y con una izquierda fragmentada causa
expectativa entre muchos analistas políticos y en la población en general el
surgimiento de un candidato que logre representar el centro político a falta de
un candidato natural que promueva cambios moderados y armonice equilibradamente
la relación entre la inversión pública y privada.
Es innegable que una opción
política de centro democrático
tendrá mayores opciones electorales logrando una adecuada política de alianzas
debido a la fragmentación de nuestra sociedad en la búsqueda de representar a
la mayor cantidad de sectores sociales en todo el Perú a través de un Frente Republicano. Sumado a esto el
debilitamiento de los partidos políticos lleva a que ninguno por sí mismo pueda
aspirar a ganar la elección presidencial salvo al contar con un caudillo ya
conocido por los electores; es el caso del APRA
con Alan García, de Fuerza Popular
con Keiko Fujimori o del novísimo Perú
Más con Pedro Pablo Kuczynski; esto dejará a muchas agrupaciones políticas
que tienen presencia parlamentaria o municipal sin un candidato viable y las
lleve a ser más proclives a buscar formar una alianza que garantice una mayor
presencia política para el próximo periodo presidencial.
Debido al avance de opciones que
representan a los sectores más dañinos de la política como el Fujimorismo y el Apra de García que han gobernado cada uno por 10 años lo cual suma
20 años de los últimos 30 años de nuestra vida política, se hace vital que el
ciclo de centros inactivos llegue a su fin y de paso a una opción de centro activo e innovador que se presente como una opción
interesante de cara a las elecciones del
2016, siendo un centro reformista, audaz
y de amplia convocatoria social que proponga una agenda de propuestas que le
cambien la dinámica al Perú en un contexto de alta desconfianza y
deslegitimación frente a una clase política que ha gobernado para controlar
conflictos y problemas de nuestra sociedad y que dejó de lado el hecho de
proyectar una visión del Perú que aspiramos construir en las próximas décadas y
que recibirán las futuras generaciones ante un cambiante panorama
internacional.
Pero el más grande desafío de ese Frente Republicano Centrista es
construir una identidad que represente a los distintos sectores de la sociedad
que sintonicen con una propuesta
reformista, honesta, eficaz y democrática, donde el plan de gobierno jugará
un papel principal en armonía con el discurso y la actitud que permita plasmar
y resumir las propuestas y proyectos que necesita el país para seguir mejorando
en sectores vitales como la Educación,
en todos sus niveles; la Salud
siempre vital para el desarrollo humano; la seguridad ciudadana para la convivencia en la sociedad, la economía para continuar teniendo un
manejo responsable tanto en el nivel macroeconómico como en el nivel
microeconómico que tiene mayor cercanía al ciudadano promedio; el fomento de la industria ecológicamente
responsable y el desarrollo de energías renovables; la infraestructura para asegurar la modernidad y la conectividad
productiva del país y la reforma del
Estado para garantizar el crecimiento económico de los últimos años de modo
que en los próximos años alcancemos el desarrollo deseado del país en su
conjunto.
Sin embargo, la credibilidad de
este frente centrista dependerá sin
dudarlo de quién sea el candidato que
lidere esta alternativa democrática de futuro frente a las opciones del pasado;
este candidato debe ser una persona prestigiosa, confiable y realizada, que tenga
conocimiento de nuestra realidad y cultura política, con capacidad de convocar
a todos los sectores políticos de la sociedad a este frente renovador en la
búsqueda de recuperar el nivel de la política con
una agenda de reformas audaces que solucionen los problemas actuales del país
por todos conocidos, construyendo la ruta del progreso y del desarrollo con
visión de futuro.
Finalmente
queda por estar atentos a los sectores que han corrompido la política peruana que
cada vez están más activos: García
debido al descrédito de su figura y partido está obligado a moverse rápidamente
al centro para tener opción de ganar a sus principales adversarios teniendo que
lidiar con posibles conflictos partidarios que afecten a sus planes por
conseguir el poder para reinar; Pedro
Pablo Kuczynski busca formar alianzas que lo posicionen en las distintas
regiones del país reclutando caras nuevas para reforzar su segunda postulación
presidencial y Keiko Fujimori trata
de administrar su apoyo electoral de 30%, encerrándose en su plataforma
política y confrontando con el Gobierno dependiendo de la coyuntura. A
diferencia de otros grupos como las izquierdas, el PPC y Acción Popular que se
comunican con su militancia para mantenerse a flote pero sin un rumbo claro,
dejando la competencia a favor de estos candidatos ya establecidos, es que
resulta indispensable que se concrete este Frente
Republicano 2016 para retomar la iniciativa electoral ante los siniestros
sectores que amenazan el futuro de nuestro Perú.
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