Para el Curso de Poder Político y Medios de Comunicación 28 de Abril de 2016
Profesora: Dra. María del Pilar Tello Leyva
Profesora: Dra. María del Pilar Tello Leyva
“La guerra que usted no ve” (The War You Don’t
See) es el segundo largometraje documental de John Pilger para el cine. Se
centra en el papel de los medios de comunicación en la guerra.
Denuncia
la manipulación y el papel propagandístico de
los medios de comunicación de masas occidentales en las recientes invasiones
de Afganistán e Iraq. Denuncia el papel cómplice de los medios de
comunicación en las guerras modernas. A través de ellos se justifican
invasiones, se muestran guerras "limpias" como si no hubiera
víctimas, y se ocultan los crímenes contras las poblaciones atacadas por los
soldados de la democracia. También analiza y denuncia la gran máquina propagandística del Estado de Israel.
John
Pilger: “Hoy día tenemos noticias las 24
horas del día. Las frases de impacto nunca se detienen. Y las guerras nunca se
detienen. Irak, Afaganistán, Palestina… Esta película es sobre la guerra
que usted no ve. Basándome en mi experiencia personal como corresponsal de
guerra, vamos a estudiar principalmente la televisión centrándonos en los
canales más populares de los Estados Unidos y Gran Bretaña. La película
indagará cual es el rol de los medios en las guerras de rapiña como las
de Irak y Afganistán, por qué muchos periodistas tocan los tambores
de guerra no obstante las mentiras de los gobiernos, y cómo los crímenes de
guerra han sido narrados y justificados sin son crímenes.”
Bajo
la premisa central del dominio gubernamental de control a los medios y
mediante estos, el control de la sociedad. Trata de cómo nos venden las
guerras, decoradas como luchas en defensa de los atacados, a favor de sus
valores, en contra de peligros inauditos, y donde las victimas siempre son los propios
agresores, mientras los pueblos masacrados aparecen apenas en las televisiones.
También muestra como los pocos periodistas
independientes que intentan no seguir el guion marcado por los estados son
amenazados y perseguidos, e incluso acaban siendo enemigos a destruir por los
gobiernos e incluso por sus mismos compañeros de la prensa. Las imágenes del
documental son las que nunca nos enseñan en los que son, ni más ni menos, que
los medios de propaganda del imperialismo, en una guerra global en la que los
ejércitos son solo los ejecutores de los planes económicos y los periódicos y
las televisiones sus comerciales ante la opinión pública.
Unas guerras vendidas como liberaciones, aunque
nunca nos dejen oír la voz de los liberados, y en la que estos últimos, aunque
sean las víctimas, acaban teniendo que agradecer la destrucción de su país y
las matanzas de sus familias y amigos, a los que les invaden, bombardean y
torturan, en nombre de la "democracia".
Lamentablemente es un cuento que la
mayoría de la población termina por tragarse, incluyendo a las autodenominadas
izquierdas antimperialistas, que termina aplaudiendo las guerras criminales
contra los pueblos y aceptando las manipulaciones mediáticas a pesar de la
experiencia abundante en mentiras a la opinión pública para justificar
genocidios y saqueos de países y pueblos.
El documental cobra vigencia no sólo para narrar el
contexto oculto de los conflictos en Irak y Afganistán, sino para también
explicar el contexto de otros conflictos que han tenido la decidida o
ambivalente participación de diversas potencias como EE.UU, Rusia, Francia o
Reino Unido en continentes como Asia o África.
Resulta necesario mencionar como ejemplos
adicionales los casos de los conflictos en medio oriente que surgieron como
efecto dominó en la llamada Primavera Árabe, donde solo en el caso de Túnez y
Egipto tuvieron como comienzo movimientos de protesta contra la dictadura, que
ante la represión consiguieron movilizar a la ciudadanía y la atención
internacional para presionar la salida de los gobernantes. El camino a la
democracia obtendría resultado en Túnez, consiguiéndose instaurar una república
democrática con el apoyo y la negociación de diferentes organizaciones, a
diferencia de Egipto que sigue en proceso de acabar con el dominio militar en
el gobierno y determinar la forma de gobierno que desee su población escoger.
Caso distinto ocurrió en Libia donde las diversas
protestas tuvieron un variado origen y desencadenaron prácticamente una guerra
civil abriendo el camino en medio del caos a la entrada a grupos terroristas,
que no hicieron más que agudizar las confrontaciones. Lograron derrocar a
Gadafi, pero se encuentran muy lejos de alcanzar la paz y estabilidad, al
mantenerse un escenario convulsionado y beligerante.
También el caso de Siria donde la variopinta
oposición al gobierno de Bachar Al Assad inició movilizaciones y protestas que
desencadenaron una guerra civil que no logra detenerse y ha dejado como
resultado millones de víctimas y refugiados.
Casos con menor atención como Sudán o Yemen no
consiguieron derrocar a sus gobiernos, y lo único que se consiguió fue agudizar
los conflictos étnicos y territoriales entre los diferentes pueblos de estas
naciones. Abriendo una ventana de oportunidad al ingreso de grupos terroristas.
Como vemos lo que en un inicio los medios
difundieron como un movimiento por la instauración democrática, respondía
verdaderamente a diversos reclamos y protestas nacionales con particularidades
que coincidieron en la misma época pero no tenían un objetivo definido para el
cambio de régimen de gobierno en sus respectivos países.
Además es necesario mencionar que ante el descuido
de la comunidad internacional surgieron grupos terroristas en los territorios
de Siria e Irak, producto del caos dejado por la invasión de EE.UU en Irak y la
guerra civil en Siria generando el escenario para un nuevo grupo conocido como
Estado Islámico que se ha constituido como un nuevo actor de conflicto mundial
por los crímenes cometidos en los países árabes y en los países europeos por
diferentes atentados.
La prensa internacional no ha logrado reflejar las
propias opiniones de los habitantes en las zonas de conflicto y se ha limitado
a ser una simple caja de resonancia ante las posiciones oficiales de los
gobiernos occidentales y los gobiernos aliados en las zonas de conflicto. En
muchos casos incitando una postura más agresiva del gobierno de Barack Obama en
medio oriente, cuando su administración ha tratado de restablecer puentes con
otras potencias y replegar las fuerzas armadas estadounidenses de los
territorios en conflicto.
Además de no cubrir desde una postura crítica las
acciones internacionales del gobierno de Vladimir Putin, actor responsable en
varios conflictos por su poca disposición a cooperar en ayuda humanitaria y en
lograr soluciones diplomáticas ante los conflictos en medio oriente.
Los medios de comunicación han dejado de lado su
postura independiente en las guerras para pasar a defender y promover intereses
militares y geopolíticos, convirtiéndose en un actor de propaganda y no de
información. La sociedad queda vulnerable a pesar del avance de nuevas
plataformas tecnológicas para la prensa independiente debido al poder económico
de los grandes medios de comunicación.
En balance nos expresa como los medios de comunicación
buscan dirigir o manipular la información que recibe la población mundial, para
de este modo proteger o defender intereses gubernamentales o corporativos. Constituyéndose
estos en los voceros oficiosos de la verdad oficial que le conviene a los
poderosos. No olvidar la historia la escriben los vencedores no los derrotados.
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